El tren estaba lleno de luz y de vida. El amor pululaba en el aire. Había tanto amor que incluso los ácaros del polvo se posaban en la superficie de dos en dos. Amándose mientras caían, haciendo el amor hasta que su camino terminaba. Y allí estaba yo, sentada en el asiento de un viejo tren gastado por el tiempo y la monotonía. Y allí estabas tú, sonriéndome. Los dos buscando lo mismo, los dos buscando huir.

     Cruzo los dedos y pido, a quién sea que haya allá arriba si es que hay alguien, que nadie me eche de menos en ese momento. Que nadie note mi ausencia y así poder perderme contigo. No quiero ser una joven más, una persona común con ideas convencionales como casarse y tener hijos. Mucho menos vivir de fiesta en fiesta y de resaca en resaca. Yo quiero escapar, quiero irme contigo a cualquier lugar y poder vivir la vida a nuestra manera. Sin normas absurdas ni castigos injustos. 

    Tú no dejas de mirarme, yo te acaricio y siento tu piel. Siento como tu bello se eriza ante el tacto de mis manos. Como tu cuerpo reacciona, mostrando su verdad.  Entonces te miro, no puedo dejar de mirarte. Me apetece besarte, besarte y que ese beso sirva como preludio de una vida entera en la que no dejes de hacerlo. Entonces tú me miras y yo de repente me siento débil, endeble. Y aunque no lo hubiera imaginado jamás, aunque lo hubiera dado por imposible, tú me besas. Yo te acaricio, yo te abrazo con fuerzas para que no te vuelvas a ir, y tú sigues besándome. Como diciendo que ya no lo harás más.

    El tren se introduce bajo tierra. Nos deja en nuestra parada. Pero tú me miras, y yo comprendo que una vez crucemos las puertas volverá a ponerse en activo el pacto tácito que tenemos. Delante del mundo no somos, delante del mundo no sentimos este amor. Sé que te perjudicaría que te vieran conmigo. Sé bien que te haría daño. Y yo que nunca creía en el altruismo, contigo no puedo evitar ser la persona más altruista del mundo. Así que me dispongo a fingir que no te amo, porque me basta con que tú seas feliz. Entonces bajamos del tren, cogidos de la mano. Comenzamos a andar y yo intento soltarme para no causarte problemas, pero tú no me sueltas. Entonces te miro y lo comprendo: ya no tienes miedo, ahora estas orgulloso de llevarme a tu lado y te importa muy poco las consecuencias que seguro que vendrán después.


       - Alejandra, ¡despierta! Es hora de levantarse. Tenemos que ir a clase. - entonces mis 
         ojos se llenan de lágrimas. Nada había sido real.
       -  Oh, Marie espera. He tenido un sueño. Íbamos en el tren, él y yo: besándonos,    
          abrazados y riendo y riendo. Era feliz, te prometo que en ese momento era feliz. Luego 
          bajábamos, nadie sabía que estábamos juntos y nadie debía saberlo. Pero cuando ya 
          estábamos en tierra él me da la mano y yo... y yo intentaba quitársela para no 
          perjudicarle si la gente se enteraba. Pero él no me soltaba, él estaba orgullo de caminar  
          junto a mi.

     Cada noche soñaba, y a Marie ya no le sorprendía. Incluso había dejado de preocuparse por esa fijación mía por un deseo imposible y totalmente irreal. Marie había llegado a comprenderme, había comprendido que hay veces en las que una persona necesita escapar. Necesita crear un mundo mejor, un mundo en el que refugiarse cuando fuera todo vaya mal. Y yo, yo había soñado tanto que lo real había dejado de importar.

3 comentarios:

  1. Y llegará un día en que la realidad superará esos sueños, porque solo los valientes son capaces de soñar y no dejar nunca de hacerlo ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pero también hay que ser valiente para cumplirlos. Aunque también es cierto que a veces hay sueños que no se pueden cumplir, por muchas ganas y esfuerzo que le pongas.

      Un beso:)

      Eliminar
  2. Soñar... Qué maravillosa sensación de ser quién quieres ser y estar dónde deseas estar..
    Pero aún mejor es convertirte en la persona que deseas y luchar por tus sueños, aunque no llegues a cumplirlos, siempre habrá merecido la pena.
    Ojalá vuelvas por aquí, un besito enorme.

    ResponderEliminar